Aquel cuerpo sufrido
Con sus pulmones destruidos.
Viendo aquel viejo
Sus manos que parecían ríos
Aquel pelo blanco como lluvias de nieve.
Sus ojos cielo despejado
Yacía en la cama
Ya en agonía
Tomándome de las manos,
Pidiéndome que me vaya
Inmóvil me quedé
Despidiéndome de mi abuelo
Me miró al fallecer
Despidiéndome con una sonrisa
Y muriéndose a mi lado.
Sabrina Gongalvez Neto